martes, diciembre 14, 2021

¿Y a ti qué es lo que te motiva para ser profesor de informática?

Yo he sido profesor muchos años en mi vida. He dado conferencias, pero también cursos formativos de gente que comenzaba a aprender algo. He dado cursos siendo profesor de muchas, muchas cosas. Desde que comencé a dar clases particulares de Matemáticas, Física, Química o Contabilidad, en mis primeras sustituciones en una academia de barrio dando algunas clases de MS-DOS, programación BASIC, o COBOL, para luego en Informática 64 comenzar a dar clases de Tunning de Oracle, PL/SQL, programación concurrente en C++ haciendo semáforos y explicando resoluciones de interbloqueos en regiones críticas, programación multimedia, diseño y programación de páginas web, SQL Server, redes y luego, por supuesto, cibersegurdiad y hacking

Figura 1: ¿Y a ti qué es lo que te motiva para ser profesor de informática?

Me ha encantado dar clases siempre. Por eso acabé haciendo conferencias, yo creo. Y también por eso me saqué el CAP (Curso de Acreditación del Profesorado) y me fui a un Instituto de Bachillerato a hacer mis horas de enseñanza. Pero también he estado durante años siendo profesor y director de un Máster Universitario de Ciberseguridad, y a día de hoy sigo ligado de una forma u otra a la formación. Me encanta, y le he dedicado muchas horas. 
Hoy les he querido preguntar a dos profesores del ciclo formativo de FullStack Developer que se hace en Madrid, Valencia y Barcelona y donde enseñan a estudiantes desde cero en GeeksHubs Academy, sobre cuál es su motivación, que como veréis tiene mucho de lo que sentimos los que nos gusta hacer este trabajo. Así que aquí tenéis las preguntas y las respuestas de David Ochando y Gonzalo García, con los que además podéis contactar a través de sus buzones públicos en MyPublicInbox.

David Ochando, ¿qué te motiva diariamente a impartir clases para el curso Full Stack Developer?

Para esta pregunta no tardo ni un segundo en contestar. Ver cómo la actitud de alguien puede derribar las barreras preconcebidas del aprendizaje en el tiempo. Ese es el "fuel" que me lleva todos los días con motivación al aula, de ahí emana la energía.

Soy alguien que no cree en el talento innato, ni lo más mínimo. En cambio sí creo en la constancia, en configurar un contexto mental que te lleva a trabajar algo lo suficiente como para asimilarlo e integrarlo en ti, actitud frente a aptitud. No me vale cuando alguien me dice que algo le apasiona pero no se le da bien o no ha nacido con el talento para ello.

Tampoco creo en los puzzles irresolubles ni en las cerraduras imposibles de abrir. Eso me llevó a ser programador, el querer buscar la forma de desbloquear dilemas, encontrar soluciones y siempre tratar de llegar a la meta, así fue como me senté frente a un CRT con Dev-C++ abierto a muy poca distancia de mis ojos, resolviendo ejercicios básicos y compilando mis primeras demos jugables en C++ de ficción interactiva. Saber que siempre hay una manera por parte de cada persona para resolver algo.

Después de varios años trabajando como desarrollador, sentí que el proyecto que más me ilusiona es el de ayudar a otras personas a romper barreras de frustración y espejismos, como me gusta llamarlos, de talento, transformar la actitud pura en el logro del aprendizaje, eso me trajo irrevocablemente a la docencia.

No es un "light journey", especialmente los primeros días. Las tecnologías se suceden a un ritmo vertiginoso y no hay semana sin un proyecto que realizar para posteriormente entregar y sobre todo defender ante el profesorado y el resto de compañeros. Se trata de vivir el mundo real del desarrollo, con sus "deadlines" y aprendizajes contrarreloj.

Figura 4: David Ochando (derecha) revisando una práctica

Los primeros proyectos individuales pasan a ser grupales, arena en la cual las "soft skills" toman protagonismo y forman a nuestros alumnos en el trabajo en equipo. De nada vale ser un "Rock Star" del código si no sabes trabajar en equipo. Saber escuchar, saber coordinarse y especialmente, saber pedir ayuda. Esa es una de nuestras máximas en el aula y los proyectos en equipo impulsan esas habilidades en el alumnado.

Ellos mismos se asombran al echar la vista atrás lapsos irrisorios de tiempo como podrían ser dos semanas y encontrarse a sí mismos empezando sus primeros proyectos Backend, montando sus primeros servidores con Express y NodeJs, analizando y diseñando sus primeras bases de datos, tomando decisiones para sus proyectos sobre si trabajar con bases de datos relacionales o no, o simplemente compartiendo impresiones en una sesión de SCRUM acerca de cómo van a enfocar el diseño de componentes para una parte frontal desarrollada en React.

Algo mágico hace clic, más concretamente se trata del sonido de un teclado, llenando de código el "working area" de sus IDE, si, es cierto, de una forma frágil, insegura y muchas veces errónea, (como nos ha pasado, nos pasa y nos pasará a todos), pero son ellos contra el tiempo y el mundo, el cual con su perspectiva externa desconfía con recelo de que alguien, dicho de forma clara, pueda cambiar su vida en tan poco tiempo y empezar su camino en una disciplina que no conocían en profundidad pero desde luego si les atraía lo suficiente como para aventurarse en algo así.

Guardan las formas, tratan de disimular el cansancio, pero cuando estás tan cerca de ellos en este viaje, sabes que sienten que están haciendo algo épico. Ahí se rompen todas las barreras y ya no eres sólo su docente, eres alguien que está viendo en primera línea como la actitud como única divisa les ha llevado a finalizar proyectos Full Stack, documentados, trabajados en equipo siguiendo pautas de Metodologías Ágiles, Git Flow, aplicando Testing y Deployando por completo.

Créeme, nunca vas a querer desconectar de algo así.

Gonzalo García, ¿qué te llevó a meterte en esto de formar futur@s Full Stack Developers?

Mi trayectoria profesional se debatía entre la rama del sonido o la composición musical y el mundo de la informática. Cuando decidí comenzar en la informática y más concretamente a formarme en desarrollo de software, apenas tenía idea de lo que sería mi día a día como programador.

Recuerdo esos años con un efecto “blur” constante en el que veía pantallas negras con código que apenas lograba comprender pasadas las primeras líneas, efecto que de forma anecdótica se desvanecía y me arrojaba los primeros rayitos de luz que impulsaron un cambio de actitud en mi crecimiento personal, todo me parecía infinito e interesante. A veces abrumador.
Encontré así un camino vital donde tenía el tándem perfecto, retos diarios con código y una constante búsqueda de la mejor solución posible dentro de los miles que existen, creatividad e improvisación en estado puro. Me llevó tiempo verlo (bastante tiempo), pero sentí estar en el sitio correcto y de ahí salió todo.

En plena capital, las oportunidades no dejaban de aparecer

Cuando por fin terminé mi formación reglada y ya creía estar listo para aportar en una empresa tecnológica de una ciudad como Madrid. Empecé en una consultora de branding muy potente a nivel nacional, con sede en Madrid y Barcelona. Fueron mis primeros pinitos, mis primeros grandes proyectos, mis primeras reuniones con cliente, despliegues a producción, migraciones, horas y horas delante de un ordenador tratando de hacer funcionar esas aplicaciones que cada vez llevaban mayor complejidad. Que cada vez solucionaban más cosas.

Figura 6: Gonzalo García en acción con la pizarra

Después de casi 4 años trabajando en el sector de la publicidad/branding como desarrollador y en plena capital con un auge inmenso de startups que parecían venir a reventar el mercado, seguí desarrollando mis competencias tanto técnicas como de gestión de equipos, Madrid era y es una de las ciudades con mayor oferta profesional en el sector IT del país. Toqué muchos palos y conocí gente interesante que me aportó muchísimo. También recuerdo creer que surfeaba olas que aún no había ni llegado a ver en realidad.

Mis mentores fueron lo más valioso en todo este proceso

Con casi 8 años de experiencia profesional desarrollando para distintos sectores y empresas y en un proceso de búsqueda personal guiado por una dirección más social, me decidí a centrarme en la docencia, concretamente en Bootcamps.

Desde que llegué a esto sentí ese punto esencial, casi mágico que comparto con mi compañero David, ver como tus alumn@s desarrollan sus primeras aplicaciones reales, ver ese cambio de actitud que pelean hasta escribir código de forma ágil y lógica. Algo maravilloso que te hace sentirte realmente útil y de ayuda en un proceso que no es nada sencillo. ¡La programación es muy abstracta al principio!

Si estás pensando en aprender a programar, en los Bootcamp de GeeksHubs Academy vas a encontrar tus primeros mentores, vas a trabajar con las últimas tecnologías y en definitiva vas tener todo el compromiso de una empresa que apuesta de verdad por tu cambio profesional, estamos aquí para guiarte en este apasionante proceso ;)

Espero que os hayan gustado sus explicaciones, porque sé que muchos de los que leéis este blog dais charlas, sois profesores, os gusta enseñar, y seguro que tenéis motivaciones similares. Eso sí, si tenéis alguna idea que aportar, sentíos libres de dejarlas en los comentarios. Se agradecerá.

¡Saludos Malignos!

Autor: Chema Alonso (Contactar con Chema Alonso)  


1 comentario:

Irvin S dijo...

Excelente artículo saludos desde Costa Rica 🇨🇷.

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