lunes, junio 30, 2025

Maniac (Mathematical Analyzer, Numerator, Integrator, and Computer): Para amantes de la lectura, la ciencia y la tecnología.

Siempre he sido un lector voraz. Desde muy pequeño. Me sentaba en un banco escondido de un parque - alejado del parque que estaba enfrente de mi casa -, y me sentaba con mi perrito a leer. Él ya era mayor, así que después de un paseo para aliviar sus necesidades, disfrutaba de sentarse al solete, o al airecillo, según fuera el clima, mientras que yo leía mi libro. Leía uno o dos libros a la semana, en absolutamente todos los momentos en los que no estaba estudiando, yendo a la escuela o la academia de informática a aprender a programar en BASIC. Leía para poder ver más mundo. Para viajar lejos del mío. Para esconderme en un plano donde los demás no podían alcanzarme.
Leer era vivir vidas de otros diferentes a mí. Vidas de aventureros. Vidas de personas que luchaban su existencia en un futuro que jugaba entre el miedo y la fascinación antes mis ojos. Vidas de héroes en mundos que ya pasaron, duros, difíciles, inmisericordes. Me hacía ser por un rato todo lo que no era entonces, y lo que probablemente nunca sería. Me hacía poseer todo lo que no tenía. Me disfrazaba de ellos, del héroe, del villano, del escudero, o del narrador omnisciente, y me metía en las botas de hombres de acción, inteligentes, o estrategas. No. No tenía muchos amigos en aquella niñez, pero en los computadores y en los libros tenía todos los que necesitaba.
Seguí profesando ese amor por la literatura durante todos mis años de estudiante. En los largos trayectos en transporte público cuando iba a las clases de la universidad - que no era siempre -, y en las noches antes de acostarme - costumbre que sigo teniendo hoy en día -. Leer es un hábito que esta metido en mí desde siempre. Disfruto. No cambio ver una serie de televisión por la noche por el placer de meterme pronto en la cama a leer. De llevarme cosas a pensar en mis sueños para aprovechar el tiempo en el mundo de Morfeo con cosas que hacer. Y levantarme fresco muy temprano con la cabeza activada otra vez.

Planificar la maleta de uno de mis innumerables viaje no es elegir qué ropa me voy a llevar.  No. Eso es absurdo para mí. No pienso en eso hasta el minuto antes de prepararla, y será una cuestión de contar días y número de cambios. Sin embargo, planificar un viaje es estar dos o tres días eligiendo la lectura que voy a llevarme. ¿Qué será, será? Eso es en lo que pienso cuando tengo un viaje. En la cantidad de tiempo que voy a poder estar leyendo, y en qué me va a dar tiempo a leer. En el peso que quiero acarrear, que eso marcará la diferencia entre cómic o novela, entre grapa o libro de bolsillo.

También disfruto planificando la la lista y el orden de la lectura. ¿Qué debo leerme antes de leer este libro o este cómic? Los ordeno en mi cabeza. A veces hago listas escritas. Investigo en la Wikipedia cuándo fue escrito por el autor y qué relaciones tiene con otras historias. Calculo los tiempos  de lectura de cada uno de ellos. y los organizo en mi calendario para saber, más o menos, cuándo me tocará leer ese libro o ese omnibus que me he comprado.

Cuando estoy a punto de acabar un libro siendo una triple excitación. La primera por conocer el final, algo que saboreo y dosifico. Ralentizo la lectura luchando contra mis ansias de conocer el final. Pero tengo una segunda excitación que me pone nervioso, que es la de saber que cumpliré esta lectura y estaré una lectura más cercana de algunas lecturas que van después de ella. La última, saber que tendré un momento que para mí es de lo mejor en mi vida. Elegir cuál será la siguiente lectura. ¿Seguiré con la ciencia ficción de Isaac Asimov o alternaré con la línea de cómics de X-Men en la segunda mitad de los 90? ¿Será una nueva línea de lectura? 

A veces disfruto sólo con crear las líneas de lectura que voy a hacer. A veces disfruto sólo con hacer una preselección de lecturas aún cuando no he terminado mi lectura actual sólo para disfrutar de una previa al momento de la selección del siguiente libro o cómic que me voy a leer. Otras veces hago "compra psicológica" y me voy a buscar por Internet tiendas, libros o recomendaciones de libros o cómics que tendría que comprarme para tener en mi lista de futuras lecturas.

Todo este proceso se ha hecho un tesoro mucho más valioso y preciado para mí, porque con la aceleración de mi vida profesional y mi involucración voraz en todo lo que sale nuevo en el mundo tecnológico, mi destreza y tiempo de lectura los he dedicado mayoritariamente a los textos técnicos. No de ahora, sino desde los veintipocos años donde me volqué a leer manuales técnicos, ensayos, libros de divulgación, artículos académicos, y demás inputs, que fueron haciendo que el tiempo para superhéroes, misterios, ciencia ficción y aventuras se contrajera enórmenente.

Así pasé muchos años, hasta que con muchos cuarentas, me dije que ya era muy mayor como para poder elegir volver a ser un niño. Me dio por comenzar a leer sólo cosas que tuvieran que ver con la otra parte más apartada durante estos años. Cómics, héroes, ciencia ficción, aventuras. Comenzando con los tebeos de los años 60 y creando una línea de lectura que me tiene ahora, años después, en mediados de los años 90 en el universo mutante de Marvel. Y disfruté, y sigo disfrutando, como un poseso de esta faraónica ocupación que sigo realizando.
Pero a pesar de esta firme decisión, poco a poco, sin embargo, volví irremediablemente a mis libros más sesudos, a mis lecturas técnicas, y a los libros en general, y este año no he podido controlarme, haciendo que haya invertido mucho más tiempo aún a la lectura, dejando mucho tiempo de series y películas apartado de mi vida. Ver una serie de seís capítulos me puede llevar tres semanas de todo el tiempo que dedico a la televisión.
Haciendo ese ejercicio de preparar mi lista de lecturas, para este verano me organicé unos libros que publiqué no hace mucho, de los que ya han caído varios, y de los que procuré que fueran todos lo más lúdicos posibles. 


Como se puede ver en las fotos que publiqué en mi cuenta de Instagram, he querido meter muchos de aventuras, ciencia ficción, terror, intriga, y cosas variadas, pero hay dos fantásticos que me recomendó un amigo y que han sido una lectura de lo que más he disfrutado en los últimos años, que son "Un verdor Terrible" y "Maniac". Y que si conoces mi gusto para las Microhistorias: anecdotas y curiosidades de la historia de la informática ( y los hackers), entenderás mejor.

Los dos libros, escritos por Benjamín Labatut ponen a la ciencia y los científicos en el centro de los libros, contando las aventuras, peleas, dudas y destrozos que en el siglo XX la Mecánica Cuántica, la Física, la Matemática y la Ciencia de la Computación ha hecho, entrando de lleno en las armas Químicas, Biológicas, la Bomba Atómica y los Computadores, gracias al trabajo de grandes genios, para acabar en la era de la Inteligencia Artificial al final del segundo volumen.
No son un ensayo, ni tan siquiera unas biografías o unos libros de divulgación. Ambos son una extraña y maléfica narración que convierte a las grandes mentes en protagonistas de vidas que cambiaron la nuestra. Albert Einstein, Karl Schwarzschild. Böhr, Erwin Schrödinger, Werner Heissenberg, y un largo etcétera, donde Janis Von Neumann se alza protagonista del segundo volumen, para acabar enamorándome totalmente.

En ese punto fue como si todo se cerrase para mí. Estar leyendo en Maniac la historia novelada - y ficcionada - de la construcción del primer computador con la Arquitectura Von Nuemann me llevó a ese fascinante mundo de mis primeros años en la Universidad. Allí las asignaturas de Arquitectura de Computadores I y Arquitectura de Computadores II, Arquitecturas Avanzadas, Tecnología de Equipos Informáticos,  Compiladores e Interpretes o la de Sistemas Operativos fueron uno de los mejores viajes de conocimiento de mi vida.

Figura 7: Maniac 

Con ese tiempo pude comenzar con tablas de unos y ceros usando el Álgebra de Bool para crear tablas de verdad que debían ser validadas por Circuitos Digitales comenzando con puertas lógicas simples - AND, OR, NOT y poco más -. Para luego construir estructuras más complejas como los cuádruples sumadores, que se convierten por la magia de los transistores, los diodos, las dotaciones PnP y NpN en chips que sirven para diseñar con electrónico un sistema lógico que tú creas primero bajo la definición de los códigos de instrucción, e implementas en la construcción de PLAs y PLCs, que da después la aparición de pequeñas CPUs, con registros de memoria, cálculos en la Unidad Aritmetico-Lógica y la carga de datos en la memoria mediante el uso de los DMA que funcionaban en paralelo por medio de una sincronización mágica a ritmo de ese reloj que sincroniza todo. Las bases teóricas de lo que es la construcción de dispositivos electrónicos modernos.

Por todo esto, no me he podido resistir, y si eres de los que disfrutas de la lectura, o si estás buscando unos libros para el verano y te gusta la tecnología, la ciencia, las historias que no son blancas ni negras, sino que son duras como la vida, y quieres meterte en un viaje de ciencia por el Siglo XX, con su I y II Guerra Mundial, una Europa asolada por el Nazismo, la construcción de MANIAC I (Mathematical Analyzer, Numerical Integrator, and Computer o Mathematical Analyzer, Numerator, Integrator, and Computer ) , la llegada de la Mecánica Cuántica, la Bomba Atómica y la Inteligencia Artificial, deberías leerte esto dos, seguro: "Un verdor Terrible" y "Maniac".

¡Saludos Malignos!

Autor: Chema Alonso (Contactar con Chema Alonso)  


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