domingo, septiembre 21, 2025

Mi Chat Público de la "Zona Sombría" durante los años 80 (sí, del siglo pasado)

Cuando ahora miro para atrás en el tiempo y hablo de los años 80 es como mirar un abismo de distancia. Algo que en mi cabeza sigue pareciendo que fue ayer, es de hace cuatro décadas o más. Pero cuando paso por los lugares que un día habitaron otros antes que yo, que un día habité yo, que hoy habitan gentes nuevas mezcladas con las de mi generación y que en un futuro será habitado por totalmente nuevas generaciones, a mi cabeza vienen recuerdos nítidos de aquellos años.

Figura 1: Mi Chat Público de la "Zona Sombría"
durante los años 80 (sí, del siglo pasado)

Supongo que algunos serán inventados, otros endulzados, y algunos habrán sido eliminados de ella totalmente, para hacer que mi vida pudiera ser aguantable sin los malos recuerdos. Uno de los recuerdos que tengo es del grupo de Chat Público de mis vecinos, y el otro día me acordé de él al ver a mi hija pequeña coordinarse con sus amigas para ir a la feria por un grupo de WhatsApp. Por supuesto, en aquellos años eso era aún ciencia ficción.

En aquel año 1985, cuando yo tenía 10 años, y comenzaban a nacer la generación de los Milenials, los que habíamos sido "offsprints" del Baby Boom, la llamada Generación X, contábamos con una infancia muy desconectada del mundo. En mi casa aún había una televisión con dos canales - acababa de llegar la TV en color abandonando la de B/N con rueda de UHF/VHF y sin mando a distancia que había antes -, y faltaban unos años hasta que se aprobara y se aplicara la Ley de Televisión Privada que obligaría a cambiar las antenas de recepción de los bloques de vecinos - con sus consiguientes debates internos - para llegar a 1990 y poder ver más canales. Para ese año 1990 yo ya contaría con 15 años, para que os hagáis una idea.

Pero en 1985 no había eso. Había lo que había. Había radio. Había bajarse al quiosco a ver las portadas de los periódicos y tebeos que no me podía permitir con mi paga. Había cintas de casete que yo podía comprar el martes en el rastro de Móstoles y que entonces se limitaban a Los Pecos, los Calis, Chiquetete, Los Chicos, Los Chunguitos, Roberto Carlos, Julio Iglesias, Miguel Ríos, Luz Casal, Leño, Asfalto, Barón Rojo, Topo, Iron Maiden, Scorpions, Obús y un tipo llamado Rosendo que decía algo como "Loco por Incordiar" en la portada de la cinta de casete.

En aquel año 1985, tener un tocadiscos que fuera a 33 rpm era un sueño para mí por su precio, al igual que radiocasete de doble platina para poder copiar cintas de mis amigos, grabadas de la radio, o de otra copia, que el que tenía una original no quería dejarla mucho porque se deterioraba. Y un vídeo. Eso era de "ricos". En el año 1986 tuvimos el primero, y yo estaba desesperado por tenerlo...

Recuerdo perfectamente el momento de tener vídeo porque se iba a estrenar Superman III en Televisión Española, en Enero de 1986 y yo quería tenerlo. Fijaros, la película se estrenó en usa en el verano de 1983, durante 1984 estuvo solo en cines en España, hasta que llegó al vídeo club, donde los que tenían la suerte de tener un vídeo podían verla. Yo tuve que esperar a Enero de 1986 a que la estrenaran en TVE donde pude grabarla con mi nuevo vídeo. La vi infinitas veces después. 

Pero volvamos a 1985, cuando no tenía ni tocadiscos de 33 rpm, ni vídeo, ni radiocasete de doble platina. Entonces, siendo un niño, tenía una terraza que, daba a la "parte de atrás" del bloque. Mi casa, un primero, daba a la zona sombría, y los bloques 27 y 25 de la Calle Barcelona de Móstoles compartían en esa zona sombría un jardín pequeño con un enorme Sauce Llorón en el medio - ya no está -, como una metáfora del destino.

Los niños que compartíamos la "Zona Sombría" de esos dos portales, en las épocas de verano de la siesta, las horas muy tempranas donde no te dejaban salir, o las horas de la tarde donde había que recogerse pronto, nos solíamos reunir por la ventana. No siempre, ni siempre estábamos todos. Lo que hacíamos era mirar, o preguntar a la zona sombría llamándonos a gritos de una ventana a otra. 

Cuando estábamos, a lo mejor coordinabamos una quedada hablando cada uno desde su casa en la "Zona Sombría". Yo desde la terraza de mi casa, Sátur desde la ventana de su casa y su hermano Javi desde otra ventana o la terraza, Jaime desde el segundo, Elias desde la terraza justo encima mía, Fidel desde su casa a mi lado, Marcos desde el segundo en el bloque de enfrente, Oscar desde el primero, Juanma desde el tercero de mi bloque. 

Casi no tengo relación con aquellos niños de mi Chat Público, pero en aquel entonces eran mi única conexión cuando estaba "encerrado" en casa con el mundo. Podía dibujar, leer, ver la 1 o la 2 en la tele o poner algún casete, pero si mi vecino Ángel Manuel no podía venir a jugar conmigo o yo no podía irme a jugar con él a su casa, mi vida social y mi conexión con el mundo era aquella "Zona Sombría" con el Sauce Llorón, que pintaban con ironía la época que vivía yo, pero que el cerebro de hoy quiere idealizar, aunque os garantizo que se parecía más a esos elementos.

Si era sábado por la mañana, demasiado pronto como para que nos dejaran bajar a jugar al parque, pues jugábamos a algo en ese Chat Público. Uno de los juegos que teníamos era que todos tuviéramos la bola del mundo del colegio en la mano, y consistía en que uno buscaba una ciudad en su bola, y los demás tenían que buscarla, corriendo y decir donde estaba. Si tenías un bola del mundo pequeña, puede que la ciudad no estuviera. Y quién iba a saber en aquel momento, en aquella Zona Sombría donde estaba Cuzco, Yacarta o Belize

Entre los juegos también se encontraban las mini-partidas de rol, donde uno hacía de master, y los otros simplemente íbamos diciendo que hacíamos. Con un dado, una máster con una historia en su cabeza, y ganas de entretenerse, podíamos vivir aventuras de vampiros y el Conde Drácula, estar en el mundo de Conan o ser mafiosos en un atraco donde de repente salía un Hombre Lobo. O Zombies, o Frankenstein o un superhéroe infectado con basura radioactiva.

Por supuesto, también compartíamos las adquisiciones musicales, poniendo el radiocasete en la ventana y poniendo una canción para que la escucharan los demás en la distancia. O nos contábamos chismes, cotilleos, o planes de futuro. Y por supuesto, recomendaciones de vídeo, cine, cómic o libros. La verdad es que ese grupo de chavales siempre disfruto mucho de esas aficiones. Y yo, les escuchaba atento. Alguna vez alguno se tenía que bajar el cómic de Vampus, Creepy o Conan que nos había contado para que viéramos los dibujos que antes nos había explicado.

Como todo, tenía toque de queda y control parental, que de repente llegaba una madre y se llevaba a uno castigado, o para comer, o escuchaba algo que habíamos dicho y nos caía una bronca por decir lo que fuera. Y ya está. También sabíamos lo que cada uno vivía en su casa, pero eso era de cada uno, y no eran cosas para que un niño de 10 u 11 años se metiera a valorar. 

Y así pasaba el tiempo lento. A veces estabas solo en ese Chat Público, por lo que fuera los demás tenían planes, así que salía a mi terraza, a jugar con las chapas, la plastelina, y cuando me cansaba metía las piernas entre los barrotes de protección del balcón - que yo sentía como una cárcel -, me agarraba a los barrotes, y miraba las altas ramas del Sauce Llorón en esa Zona Sombría. Yo vivía en un primero, y pensaba... ¿y si salto y me agarro a esas ramas.. podría escaparme un rato a ver las portadas de los cómics del quiosco?

Aquella Zona Sombría estaba, y está, en un lugar muy escondido de Móstoles. Una zona entre los bloques y el Colegio Público Andrés Torrejón que utilizaban las gentes por la noche para hacer cosas con oscuridad y sigilo, lo que hizo que en esos años 80, donde "el caballo" galopó salvaje por nuestra ciudad, trajera por las mañanas personas aún viajando con la jeringuilla aun colgando, grupos de peleas, balcones y ventajas con cierres y rejas hasta arriba, y al final una petición formal al ayuntamiento para poder cerrarla. Los vecinos tienen una llave, pero para entrar en esa Zona Sombría hay que pedir permiso, y cuando algo se te caía por la terraza, o estabas en ese lugar tu solo, rodeado de todos los bloques (no solo el 25 y el 27), te sentías como en mundo irreal. Habías llegado al mundo de La fuga de Logan.

Figura 2: La parte de atrás con todo.

Recuerdo que hubo un intento por recuperar esa Zona Sombría para los vecinos, y se construyó una supuesta pista de futbol sala, pero no está vallada, está en alto (si te caías te dabas una buena hostia) y además está en hormigón sin alisar, por lo que cada caída fue un desconchón de la pierna, o una bonita cicatriz en el brazo. 

Además, para acabar de dotarle de leyendas y aventuras, en esa zona, justo en nuestra zona de Chat Púbico, hay un pozo de agua para regar los jardines. Un pozo muy grande, que de vez en cuando veíamos abrir. Las historias de cadáveres enterrados ahí, tesoros, y demás no paraban de circular. Para toque final de esa Zona Sombría, el otro lado está protegido por el colegio, por lo que a las 09:00, a las 12:00, a las 15:00 y a las 17:00 (luego cambiaron los horarios, sí) sonaba la sirena, como si fuera la de una cárcel.

Eres era mi mundo. Ese era mi Chat Público en los años 80. En la Zona Sombría de un mundo irreal.

¡Saludos Malignos!

Autor: Chema Alonso (Contactar con Chema Alonso)  


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