viernes, enero 17, 2020

De elfos, magos, arqueros y los Walking Dead

Cuando tienes 24 años y montas una empresa te sientes a oscuras. En mi corta experiencia laboral en el mundo de la empresa que había visto hasta ese momento tras haber empezado a moverme en el mundo de la tecnología con 21 años no había podido abrir mucho mapa. Solo en una esquinita del mapa había dado unos paseos por el gran mapa de ese mundo en el que acaba de caer y había conocido solo algunos de los recursos y algunos de los personajes que poblarían mi vida entonces.

Figura 1: De elfos, magos, arqueros y los Walking Dead

Y esa era la sensación. Te sientes a oscuras. No ves el mapa completo. Está todo oscuro. Muy oscuro. Y cada paso, cada decisión, cada apuesta, cada nueva iniciativa que lanzas en tu empresa está llena de incertidumbre. Está llena de rutas que pasan, ineludiblemente, por partes del mapa que no ves. Por partes oscuras. Partes donde puede haber monstruos peligrosos. Puedes encontrarte al monstruo de la ruina, del impago, de la estafa, del fracaso, del error, o simplemente el monstruo del accidente. Da miedo. Mucho miedo. Porque tu mapa está a oscuras. No ves lo que te puedes topar.

Es una sensación muy difícil de explicar, pero yo suelo usar una metáfora algunas veces que es muy sencilla. Se trata de estos juegos de palabras tipo ahorcado, donde tienes solo unas letras y una pregunta qué responder. Por ejemplo la Ruleta de la Fortuna, donde se pide el nombre de una película. El nombre de un actor. O un equipo de fútbol. Ves dos o tres letras de una palabra de seis y tienes que responder. 

Seguro que has visto muchos vídeos de esto. Y seguro que has jugado alguna vez. Y te habrás dado cuenta cómo de importante es aquello que no ves. Luego dan la respuesta, y dices... "¡Qué fácil era! ¡Si estaba delante!". Sí, pero cuando te faltaban unas letras no era tan fácil, ¿verdad? Solo con un par de letras que te falten ya el mundo cambia. Ya tomar una decisión. Tomar un riesgo. Tomar una iniciativa que puede marcar el devenir de tus actos, de tu vida, de futuro profesional, tal vez hace que te tiemblen las canillas.

Emprender. Innovar. Transformar. Son palabras que la gente usa con alegría y emoción. Suenan fantásticas y apasionantes. Pero son mucho más terroríficas para la gente de lo que puedan parecer. Sí. Lo son. Si con ellas va tu carrera profesional, tu dinero, tu futuro, tu puesto de trabajo actual, tu seguridad. Y es normal. Cuando emprendes, innovas o transformas algo buscando un nuevo camino, siempre faltan letras. Faltan muchas, de hecho, y da miedo. Aunque mucha gente diga que no le da miedo, lo cierto es que da miedo.

En todas las situaciones falta mapa. Hay oscuridad. Vas a tener que pasar por caminos que no ves, donde puede haber enemigos, donde pueden esconderse los monstruos al acecho, detrás de una decisión de girar a la izquierda. Detrás de una decisión de girar a la derecha. Detrás de la toma de cualquier decisión.

¿Y cómo se supera ese miedo?

Con 44 años innovar, emprender, transformar cosas...  sigue dando vértigo. El miedo sigue estando en la boca del estómago. No se va. Pero se controla mejor. Y más vale que no se vaya, porque sin miedo puedes ser un temerario. Así que revisa si sigues sintiendo ese miedo en la boca del estómago cada cierto tiempo, y luego revisa a ver si te siguen funcionando las piernas y los brazos. Si sientes ese miedo, pero puedes moverte estás en buen estado. No eres un temerario, pero el miedo no te paraliza.

Con 24 años el mapa era muy negro. Pero también los riesgos podían ser menores al principio. Después, según vas pasando mapas y vas desarrollando tácticas de exploración y ejecución de misiones en nuevas pantallas, vas consiguiendo recursos, equipo, y posesiones que tienes que defender. El riesgo es mayor.

Con 44, si sigues emprendiendo, innovando o transformando las cosas, el número de niveles que te has pasado te ha entrenado a vivir con ese miedo en la boca del estomago, y a comenzar un mapa con habilidades extras. Muchos de los escenarios que ya has pasado en niveles anteriores te permiten ver "algo" más de mapa. Te permiten intuir dónde están los enemigos. Te permite preparar las batallas en las zonas del mapa y en los momentos más apropiados. Pero sigue habiendo mucha zona oscura. Mucha zona negra.

Sí, es verdad que hay gente vive en estos niveles andando por los mapas de otra forma. Son los que no tienen el poder de innovar, emprender o transformar. Son los que no pueden cruzar zonas oscuras. Son los que yo llamo "Walking Dead",  que van solo por las zonas del mapa que se ven. Por las que ya no hay monstruos, que han sido limpiadas por algún espadachín, por las que no hay incertidumbre. Su problema es que nunca llegan a zonas del mapa más allá de lo que se ve, y esas zonas que se ven, se llenan de muchos, muchísimos, muchísisisismos "Walking Dead" que quieren ocupar ese mismo espacio que se ve.

Yo no soy un "Walking Dead". Lo tengo clarísimo. Lo mío va de sentir eso en el estómago. De seguir con mi Mago avanzando niveles. Ahora toca ser un Mago nivel 44 con ganas de explorar nuevos mapas y eludir a los monstruos inmortales en cada nuevo nivel. Pues dale al Play. Vamos a por el mapa. Con mi comunidad de Elfos, Duendes, Arqueros y Catapultas que hemos ido juntándonos a lo largo de años y niveles anteriores. Eso sí, las capacidades de abrir mapa y pasar por zonas oscuras son obligatorias, porque.... ¿qué hay más divertido que pasar de nivel y llegar a un nuevo mapa que explorar?

Saludos Malignos!

1 comentario:

has dijo...

Es complicado emprender o inclusive cambiar de rumbo después de 6 años de trabajar para dos revistas científicas y adentrarte en el mundo de la ciberseguridad en donde nadie te conoce, en donde no eres nadie y en un país que no es el tuyo... salu2, a mi tambien me encanta TWD

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