sábado, septiembre 27, 2008

Viajar.... ¡qué placer!

Si digo que no me gusta viajar os estaría mintiendo. Sólo hay que ver mis estancias en los últimos diez años en los diversos puntos del planeta para darse cuenta de que disfruto con los viajes.

Sí, como tú, también extraño a esos dos amigos insustituibles llamados wáter y colchón que te hacen la vida más llevadera, pero reconozco que con cansancio y tapones soy capaz de dormir en casi cualquier sitio y lo otro… pues, mejor fuera que dentro, ¿no?

Viajar es un placer, ir, conocer sitios, gentes, lugares, vivir nuevas experiencias, adaptarse a las costumbres locales y cambiar hasta la forma de desayunar o comer son experiencias agradables. Luego no, luego me gusta regresar a mi Madrid de siempre, con su café malo y cargado, los atascos, las poluciones y el Santiago Bernabéu.

Lo que me jode no es viajar, lo que me jode suele ser el viaje. Dentro de estos hay viajes cómodos en los que te subes al AVE y llegas en un ‘or ‘1’=’1 como cuando vas a Barcelona, Zaragoza, Sevilla y ahora Málaga. Llegas rápido, vas trabajando, no tienes que pasar enecientos controles de seguridad y con la 3G puedes ir haciendo tus movidas.

Menos afortunados son los viajes de ALVIA que te llevan, a una velocidad más lenta, a lugares como Valencia, Pamplona o Bilbao. En estos casos los horarios no suelen ser excesivamente buenos y el viaje ya pasa de las 3 horas y media, con lo que a veces es mejor el Avión.

Cuando viajas en avión la putada es dependiendo del país de destino, la compañía aérea, si tiene o no servicio de Internet Checking y las escalas. Así, un viaje Valladolid Bruselas, puede ser un pasote, porque cuesta dos pelas, llegas al aeropuerto 5 minutos antes y te subes al avión mientras que un Málaga-A Coruña, puede ser una puta odisea si tienes que coger un avión que hace escala en Barcelona, por zona Internacional, porque el vuelo venga de fuera de Europa y luego tengas que votar a A Coruña desde Barcelona.

Pero las mayores putadas son los vuelos a USA, ahí la cosa puede ser de cojón de pato. Cómo por ejemplo este último viaje que me ha traído a San Diego.

Compré el billete por Iberia a pesar de que me costaba 40 € más que por Delta por eso del orgullo patrio. A pesar además de que el vuelo de vuelta sale el lunes a las 6 de la mañana y me obliga a casi no dormir. El vuelo era Madrid-Chicago y Chicago-San Diego y en el primer tramo era compartido con la British Airways. Quiso el destino que cuando intenté facturar en la web de Iberia por “motivos de seguridad” al viajar a USA no me dejará hacer el Checking por Internet mientras que a los de British que iban en mi mismo vuelo sí se lo permitían. A nosotros, iberia nos tenía que pedir la dirección de alojamiento en USA.

Cuando llegué al aeropuerto (2 horas antes de la partida) me dijeron: “Vaya, va en overbooking así que no podemos confirmarle el vuelo, vaya a la zona U y a ver si le dan asiento”. ”Genial”, pensé, “voy corto de tiempo, pero ahora será mucho más divertido”.

La zona U está en internacional, así que nada, control de metales, al que llamaré despelotarse, y chequeo de Passport, a lo que llamaré revisión. Llegué a la zona U, para la que hay que tomar un tren, y en el mostrador de “recolocación” me dieron un viaje que llegaba 3 horas y media más tarde a San Diego y haciendo una ruta más divertida. Madrid-Londres, Londres-Los Ángeles, Los Ángeles-San Diego.

Como Londres es Unión Europea había que volver a zona H, así que nada, a pasar la frontera de nuevo, así que revisión, tren, y vuelta a entrar en la zona de embarque, así que nuevo despelote.

Entrada a al avión a Londres, revisión de Passport, y llegada. A la salida, un bonito agente con un perro me para y me pide que me aparte para que su chuchito me pueda oler bien. Nada, paciencia. Revisión de Passport a la salida del avión y, como vamos a zona Internacional para un vuelo a USA pues toca despelote.

Cómo iba recolocado no tenía ninguna tarjeta de embarque, así que tocaba ir a todos los mostradores de transito a conseguir los billetes. Así que nueva revisión de Passport y “uff, ¿esto es todo lo que tiene?, ¿No le han dado un e-ticket nuevo?”. Je, diversión al máximo que opté por solucionar haciéndome “el buenorro”. “No tengo nada, no sé nada, esto es todo, sniff ¿puede arreglarlo?”. Ella, lo arregló justo para darme la fila 65 del avión en el medio (ni ventana, ni pasillo) y llegué con el embarque ya empezado.

Revisión de Passport en la puerta cuando una señora de USA me dijo amablemente “Le importaría que le hiciéramos una inspección completa a su equipaje”. A ver que le digo, ¿qué no? Nuevo despelote, nueva revisión de Passport.

Previendo que me pudiera pasar esto opté por no llevarme mi viejo portátil cargado "de porno y pruebas delictivas" ya que la gente de aduanas te puede clonar el portátil, así que abrió la maleta y encontró mi flamante ordenador limpio y tres gallumbos limpios.

Una vez dentro, en la cola del avión me esperaba un niño de Nueva Zelanda de unos 6 años para dormir apoyado en mi hombro durante 4 de las 10 horas del viaje.

Llegada a Los Ángeles, revisión de Passport a la salida del avión, revisión en la cola de la frontera, revisión en la frontera, revisión en la salida de la frontera en la declaración de bienes, revisión en la cola de facturación del vuelo a San Diego, revisión en la ventanilla de ticketing, revisión en la entrada a la cola de despelote, despelote, revisión a la salida y … de nuevo salto las alertas y toca, una vez despelotado, un despelote completo, cacheo completo, revisión química de mi maleta y revisión de ultrasonidos. Una vez termino me mandan al embarque para una última revisión y subir al avión.

Total: 24 horas de viaje. Más de 20 revisiones de Passport, 2 revisiones completas, una más con perrito y unos 5 despelotes. En todo esto, se me vino a la cabeza la primera vez que viajé a USA que, sin darme cuenta, me traje “cosas divertidas” en la mochila, pero nadie me registro.. ¿Qué hubiera pasado hoy en día?

Me voy a desayunar que quiero ver la charla de Kaminsky y luego la de Sotirov, para contaros cosas.

Saludos Malignos!

7 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi también me encanta viajar, pero cuando oyes historietas como la que cuentas...mejor quedarse en casita ;-).

No, en serio, ya me gustaría a mí pasar cien mil controles de seguridad, pero estar en "yanquilandia" como tú...

SaludoX.

infi dijo...

Mientras llegues, el resto es anécdota. Buen evento por cierto, a ver si cuelgas unas fotos o algo para darnos más envidia si cabe :D

Francisco Oca dijo...

Mientras no te hagan una inspección completa de orificios...

Josep dijo...

Menos mal que tal como lo cuentas parece hasta divertido, sino acabaria dando una pereza enorme eso de viajar, ¿no? :-)

Aitor Iriarte dijo...

Esta bien que lo cuentes porque normalmente nadie te dice estos pequeños inconvenientes.

Suelen decir son sólo 8 horas de viaje o algo así. Luego hechas cuentas y como dices, desde que sales de casa pasan más de 24. Tampoco faltan los papitos desaprensivos que llevan a sus bebecitos de vacaciones por el mundo con la llorera de horas que eso supone. "No se que le pasa" dicen. "Pues que le duelen los oídos panoli".

Y respecto a los controles si no es porque al resto de pasajeros los tratan igual, piensas "joder, pero es que tengo pinta de sospechoso de algo o así?"

warp3r dijo...

Ciertamente, los EEUU son especialitos con sus controles. Algún dia podriamos hablar sobre si realmente mejoran algo la seguridad del país!

Anónimo dijo...

Pues mira, para ocasiones futuras puedes sacar provecho de http://www.minimotel.net/mini-motel-info.asp

:)

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