El síndrome del mal obrero, el pis en la mano, la nueva escoba y la protección contra el 10% de tus fallos
Seguro que alguna vez ha venido una persona a tu casa, a tu empresa, a ver tu coche, a revisar el informe que te han entregado y te ha dicho eso de "¡Vaya chapuza te han hecho!" y lo completa con un "Si es que no tienen ni idea que esto no se hace así." Para rematarlo con un "si es que se aprovechan de los que no sabéis". Esto, que seguro, seguro, seguro que lo has vivido alguna vez, lo habrás podido experimentar en algún momento de tu vida personal o profesional. Yo lo llamo el síndrome del mal obrero, y lo conocí de muy pequeño, en mis días de pintor y albañil. Pensaba que era sólo de gente de esa profesiones, pero luego descubrí que está en casi todas.
Figura 1:El síndrome del mal obrero, el pis en la mano,
la nueva escoba y la protección contra el 10% de tus fallos
La explicación de esto es muy sencilla de entender. Al final esa persona busca reafirmare ante los demás hablando mal de los demás. Intentando demostrar que es bueno queriendo hacer parecer malos a los demás. Algo que, al final, acaba diciendo más de él que de los demás, y que en las interacciones que tienen conmigo acaban sumando puntos negativos.
A lo largo de mi carrera profesional he tenido que entrevistar a mucha gente, he tenido que reemplazar a muchos compañeros, he tenido que continuar el trabajo que han hecho otros, o simplemente he tenido que dar mi opinión profesional sobre lo que otros habían desarrollado. En todos esos momentos tengo mucho cuidado con las opiniones que vierto, y analizo con mucho cuidado las que otros vierten. Al final, hablar es muy fácil, criticar es muy sencillo, y destrozar cosas también. Lo contrario suele ser lo que marca la diferencia.
Cuando entrevisto a una persona que quiere entrar en mi equipo, lo que dice de sus antiguos compañeros, de su antigua empresa, de sus antiguos jefes, es un tema tramposo. Puede para el interlocutor que esté dando información de sus antiguos compañeros, de sus antiguos jefes o de su antigua empresa, pero realmente está dando información propia, que yo procuro analizar con mucho cuidado. Hablar mal, criticar o tirar por tierra a otros puede parecer tentador, pero no dice mucho de tu trabajo, y sí de tu persona.
Cuando quiero saber sobre la persona en concreto siempre pregunto eso de "Qué has hecho tú que yo pueda ver", y espero que me enseñen algo que yo pueda ver, sea lo que sea, porque es ahí donde se habla de su trabajo, no criticando el trabajo de otras personas. Tu trabajo, y no tus malas palabras sobre otros es lo que tienes que responder cuando estás en una interacción de trabajo.
Los de antes también eran inteligentes
Hace muchos años, en el año 2013, cuando aún era un gorrión con boceras en Telefónica, un compañero me explicó a protegerme contra mí mismo de la falta de información. Me dio un repaso largo y tendido para que aprendiera a escuchar y poner una alerta en mi cabeza cuando no entendiera algo.
Me enseñó qué en las empresas grandes, normalmente las decisiones se toman entre muchos, y que es difícil que estas se tomen mal porque "no son inteligentes". ¿Cuál habría sido el motivo de la toma de la decisión? ¿Por qué lo habrían hecho así? Si en mi cabeza no tenía ningún sentido, entonces es que me faltaba información, porque las grandes empresas exitosas suelen estar llenas de gente muy lista.
No intentes arreglar si no sabes cuál es el problema
Esa conversación me hizo recordar a la Doctora Radia Perlman cuando la conocí en el año 2008. Ella contaba la importancia de evaluar la situación antes de tomar un curso de acción para resolver lo que parecía el problema, para no acabar generando otro. Lo contaba con una experiencia personal suya con su hijo pequeño.
En su explicación, la Dra. Radia contaba como su hijo vino corriendo con la mano por delante gritando "My hand! My hand, mom!" y ella, como buena mamá protectora, le cogió la manita y le comenzó a dar besos en ella diciendo... "¡tranquilo, ya se cura!". A lo que su hijo contestó: "¡mamá, me he meado en la mano!".
![]() |
Figura 2: Con la Dra. Radia Perlman. Os pongo esta foto para que os muráis de envidia de la gente guay que he conocido. Naaa.. es broma. Lo hago porque me pareció una persona excelente y maravillosa. |
Siempre me acuerdo de esa historia tan divertida, y la tengo muy presente. No puedes arreglar algo que no sabes por qué está mal. Pero es que si lo haces, la puedes liar pardísima y montar un pollo aún más gordo.
El tiempo de soluciones sencillas o problemas sencillos
El gran Linus Torvalds, en el año 2006 fue preguntado - si no me falla la memoria - sobre por qué no entraba mucha gente joven en el proyecto de Kernel, y él contestaba - no sin su flema habitual - que en primer lugar no eran los más simpáticos del mundo, pero que en segundo lugar hacía falta mucho conocimiento porque "el tiempo de soluciones sencillas a problemas sencillos hace tiempo que pasó". Esa frase se me marcó. Y luego llegarían MeltDonw, GhostRace y los Speculative Concurrent Use-After-Free Exploits basados en Spectre_v1 para darle la razón.
Y es verdad. Si llegas a un sitio donde se lleva mucho tiempo sin resolver un determinado problema, ten cuidado con pensar que una solución sencilla lo va arreglar. Es cierto que todos llevamos un entrenador dentro, y que todos somos capaces de decirle a un piloto de Formula 1 que estrategia debía haber seguido a posteriori, pero si crees que hay soluciones sencillas a problemas sencillos en cualquier trabajo y que otras personas no lo han visto antes, eres un necio.
Figura 3: Capitán a Posteriori
Los ingleses suelen decir eso de "Hindsight is always 20/20", que viene a se nuestro tan hispano "A toro pasado todos somos Manolete". O los peores son el famoso Capitán a Posteriori, que es quién no quieres ver cuando ha habido un problema que hay que solucionar.
Por eso me ayuda saber que, si un problema que lleva tiempo sin resolver consigue parecerme sencillo a primer bote tanto él como su solución también, entonces es que me falta información. También me ayuda saber que no puedes arreglar algo si no tienes información, y que si intentas solucionar algo sin tener la información completa, entonces la vas a liar pardísima. Y por supuesto, que si alguien tomó otra decisión antes debo conocer por qué la tomó, entender qué información tenía esa persona para poder evaluar correctamente su decision, y luego decidir con la misma información si fue lo correcto o no. O simplemente si con más información puedo tomar mejor decisión.
No ser una nueva escoba
Todo esto me lleva a otro dicho que me contaron en mis años mozos. Cuando aún era un veinteañero levantado Informática 64. En aquel entonces, conseguir trabajo y dinero para 50 personas todos los meses era un reto, y yo tenía que aprender mucho de la vida y de las empresas. Así que, siguiendo la regla de las dos orejas, escuchaba el doble siempre. Pedía que me contaran y me compartieran su experiencia. Quería saber. Necesitaba saber. Así que preguntaba todo lo que no sabía. Y en una de aquellas conversaciones escuché a alguien hablando sobre un nuevo jefe que había llegado a una empresa. La persona me dijo:
- "Chema, este jefe es una nueva escoba".
¿Una nueva escoba? ¿Qué significaba que un nuevo jefe era una nueva escoba? Y como no sabía, pregunté: "¿A qué te refieres con ser una nueva escoba?" Y entonces me lo contó.
En Inglaterra se utiliza la expresión de "Don´t be a new broom" para los nuevos jefes. Un manager debe aportar algo más que venir a barrer lo anterior y hacer lo mismo. "Esto va a cambiar", comienzan diciendo, pero primero debes entender qué de lo que hay merece la pena, y qué debe ser barrido. Las nuevas escobas sólo barren todo lo anterior, por el simple hecho de que no lo entienden. Es más rápido destrozar lo que hay sin invertir tiempo en entender, porque siempre parece más fácil y es más tentador empezar de cero. El problema es que todo el aprendizaje y conocimiento anterior también lo pierdes, pudiendo cometer errores ya cometidos antes o ya resueltos. Así que me lo grabé a fuego: "Don´t be a new broom".
Protección contra la autoconfianza
Por eso, cuando voy a un sitio nuevo, mi objetivo es aprender, aprender, aprender, escuchar, matar todos los prejuicios, todos las decisiones "a toro pasado", y tener en cuenta todos los puntos anteriores, pero aún le pongo otra protección especial, que yo llamo la protección de los "tipos inteligentes". Y de esta he hablado largo y tendido con todos mis amigos muchas veces.
Dejadme que os la explique, que es un problema que se va agudizando con la edad como no lo controles. Veréis. Yo tengo ya una dilatada experiencia, y he estudiado mucho - sigo haciéndolo -, pero es que además tengo confianza en mí porque no me han ido mal las cosas en mi vida. He tomado muchas decisiones, y normalmente he acertado. He jugado, he arriesgado, he acertado, he fracasado, pero siempre con control de la situación, así que tengo confianza en las decisiones que tomo. Si hay que apostar por alguien, apuesto por mí.
Y he aquí el warning.
Con los años aprendí que en un amplio porcentaje de los cosas tengo razón. Un 80%, un 90%, o incluso un 95% de los casos. Seguro que tú también opinas eso de ti. Así que si hay un debate, y tienes que apostar por tu idea o por la de otro, tiendes a apostar por la tuya. ¿Por qué? Pues porque tu estadística te dice que en el 90% de las veces tienes razón. Y esa es una decisión inteligente. Pero... ¿qué pasa si otra persona inteligente que normalmente tiene un 90% de razón en lo que ha decidido en su vida te dice que estás equivocado y que la decisión correcta es otra?
En esos momentos lo que suele suceder es una acalorada discusión entre dos personas inteligentes - lo he vivido mucho con mis amigos - pero con los años descubrí que cuando eso me pasa, debo poner un warning en mi decisión. Eso no quiere decir que no vaya acabar tomando mi decisión al final, eso quiere decir que: "Necesito validar más información para entender por qué esa persona está tan enconada en lo contrario".
A veces la otra persona es que la no tiene la información completa, la que está diciendo las cosas como el que opina de la carrera de Formula 1, o lo que sea, pero lo escucho porque sé que el 90% de las veces llevo razón, pero como no tenga un mecanismo de detección del 10% restante puedo liarla Big Time. Por eso escucho, leo, presto atención, recabo información, y tengo warnings activos para tomar las mejores decisiones.
Dicho esto, cuando te topes con una persona diciendo las cosas que os he dejado al principio, echando pestes del trabajo de los demás porque ellos sí que saben y son muy listos, o que hablan mal con ligereza del trabajo de sus compañeros, jefes, o de gente que ni tan siquiera conocen, ten cuidado con ellos. Normalmente los que más critican el trabajo de otros, son los que menos hacen porque ni tan siquiera tienen idea de cómo se hacen cosas. Son gente que te va a hacer muy poco bien en tu crecimiento como profesional
¡Saludos Malignos!
Autor: Chema Alonso (Contactar con Chema Alonso)
1 comentario:
Algo que hago siempre en las entrevistas laborales, es no dar ninguna información sobre las empresas en las que estuve, si preguntan porque no sigo en esas empresas me limito a decir un escueto "Quería ascender y no me dieron la oportunidad", no doy más explicaciones, en una entrevista que el entrevistador era muy cotillo me limite a decirle que en la anterior empresa había firmado una clausula de confidencialidad y no iba a hablar sobre ellos, es mentira no había firmado ninguna clausula de confidencialidad pero es la mejor forma de cortar ese tipo de conversación, jamás cuento los culebrones que tuve en las empresas anteriores, contar eso en una entrevista no sirve para nada, como bien dices no demuestra tu valía profesional (que tu antiguo jefe sea un inútil no te convierte en inteligente)
Publicar un comentario