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viernes, abril 01, 2011

Cagadas V: La lengua del gallego en la morada militar

Era mi segundo paso por Argentina y aún sufría con la diferencia en tono y acento. Quisieron el destino y los amigos que acabara impartiendo conferencias en el evento de Segu-info, en la Universidad de Buenos Aires, en la Universidad de La Plata, que me entrevistaran para el diario Clarín, y que diera una charla en la Escuela del Ejercito en Buenos Aires…. Y es ahí donde la pifié con una buena cagada.

La historia la he contado muchas veces entre cervezas y aventuras, y forma parte ya de esos momentos que cargo en la mochila de viajero, y que me llevaré conmigo el día que cierre este blog, me corte el pelo y desaparezca tras tirar la bomba ninja.

El escenario era precioso, la Escuela del Ejército, y allí andaba yo, haciendo el gamba delante de soldados, tenientes, capitanes y comandantes enseñando mil y una picias de esas que hacía yo en directo cuando no era delito. Alcanzado un instante de la presentación me encontré con la necesidad de arrancar una herramienta que me había estado dando guerra.

Momento de la presentación de mi charla

Mientras que la maldita utilidad arrancaba, y cruzando los dedos para que no me fallara la demo, decidí darles más información por si aquello acababa mal. Ya sabéis lo mal que se pasa en ese momento en el que dices que va a suceder una cosa y … sucede otra. Así que intervine con una "excusatio non petita":

“Bueno, disculpadme ahora, que voy a ejecutar una herramienta que no va muy allá, y puede que la computadora me dé un pete”.

Si eres argentino ya te podrás imaginar la reacción de los soldados al unísono en el auditorio. Todos se mearon de la risa a voz en cuello. Yo los miré sorprendido, con cara de besugo simpático. “Les ha hecho gracia”, pensé. “Será por el acento, digo yo”.

Lo cierto es que uno de ellos, manteniendo la seriedad con un sufrido gesto de estar a punto de reventarse de risa, dijo con el más solemne de los tonos que consiguió fabricar desde su garganta:

“Chema, si la computadora le da a vos un pete yo se la compro”

Al más puro estilo de coro de Opera profesional, todos rompieron en una sonora carcajada. Por supuesto, el interlocutor perdió el último ápice de seriedad que había sido capaz de fabricar para el momento de la intervención y yo me quedé, como os podéis imaginar, totalmente perplejo.

Pasado el momento, como buen “gallego” que soy, consideraron que necesitaba una explicación, así que, cuando fui invitado a tomar un café en el despacho del mandamás, tuvieron a bien narrarme que en Argentina, el término “pete”, tiene una acepción no utilizada para nada en las tierras de la madre que parió a Don Alonso Quijano.

La acepción que tiene tan singular palabro en las tierras de la Hispania, es que algo se rompe. Si algo da un pete, es que estira la lengua, se parte, revienta, muere ….. mientras que allá, en el cono sur, en la tierra de los alfajores y el coger con nocturnidad y alevosía, significa “Hacer una mamada”.

Con el tiempo he aprendido que en Argentina, 6 de cada 10 palabras tienen que ver con el sexo… ¡tierra de locos!

Saludos Malignos!

PD: Por si no lo sabés, de este tipo de cagadas ya he contado muchas en el blog: Cagadas I, II -otra vez II -, III y IV y la serie de Hablar con Periodistas.

lunes, agosto 18, 2008

Cagadas III

Durante varios años José Parada y yo, ayudados en algunas ocasiones por Juan Luís Rambla o David Cervigón, estuvimos realizando una campaña que se llamaba Security On Site. Esto consistía en pasar un día con el equipo de seguridad de algún sitio.

En una de estas, acabamos llegando a uno de esos sitios secretos en los que no se puede entrar ni con teléfono móvil y dónde nada es lo que parece (Lo siento, si os doy más información tendría que mataros).

El caso es que estábamos allí, en el segundo control, móviles out, conexiones quitadas, control de metales pasado y comprobados todos nuestros antecedentes, cuando el abuelo y yo nos miramos extrañados.

- “Esto es la polla, macho”.
- “Ya te digo, es como de película, ¿no?”
- “Sí, y lo más divertido es que nos darán nombres falsos y todo”
- “Seguro que sí.”


En esas estábamos cuando entramos y nos recibió uno de los empleados que nos dijo:

- “Hola, me llamo Marcelino”

A mí, recordando la conversación anterior, me hizo gracia la situación y dejé que saliera el chiste sin filtrarlo:

- “Claro, hoy te llamas Marcelino y mañana puedes ser Pedro”.

El empleado me miró de arriba abajo y totalmente serio me dijo:

-“A ti se te ve muy gracioso, ten cuidado no salgas con las piernas rotas”

El abuelo se descojonó, el empleado no hizo ni la más mínima mueca en la cara y yo me quedé helado. Desde ese momento me quedé pensando: “Si ha sido un chiste este tipo es un cráck, si no ha sido un chiste me ha acojonado de verdad”.

Así que…decidí pensar que había sido un chiste y seguir adelante. De otra forma me habría hecho caquita en los calzones.

Saludos Malignos!

lunes, abril 21, 2008

Cagadas II

Corria el año 2005. Era una noche cualquiera en una ciudad cualquiera, en este caso Vigo. Eramos los pájaros de siempre, más o menos y estabamos de cena. Como siempre, salimos a tomar algo. Y ese algo hizo un join con algo as algo1, y con algo as algo2. Al final llegamos a las 6 a la cama y como ya os narré hace tiempo, fue la peor charla de mi vida.

No encontraba las palabras, no encontraba los canales, no encontraba ni mi vida. La cosa acabó y yo regresaba de viaje en el maligno-movil. Con unas ojeras más negras que el futuro de muchos. Con los pelos sucios. Con una resaca de esas que no sabes si tienes la regla o si has estado viendo siete veces el debate entre Zapatero y Rajoi.

A la altura de la salida del peaje de la A6 la benemerita estaba a la derecha de la carretera en el arcén y, cómo casi todo el mundo, pensé: "¿Qué te juegas a que me paran?"

Dicho y hecho, el alto y al arcén. "¿Daré aun positivo?. No, creo que tengo resaca pero hace ya muchas horas que tomé la última copa..."

- "Buenos días agentes" (Voz y sonrisa lo más linda posible, ya sabéis...)

- "Buenos días. Estamos realizando un control preventivo de armas y drogas y queríamos revisar su vehículo".

Vaya, drogas y armas. Debo llevar una pinta de cojones en el maligno-movil, con esta cinta de colores en el pelo, con las barbas y con la resaca. Seguro que me acusan de lo de Laura Palmer y con razón....

- (musica de Mocedades) "Claro, por supuesto agente, ¿Qué necesita?"

- "Los papeles del vehículo, que salga del coche y nos abra el maletero"

Entrego los papeles, salgo del vehículo, no sin dolor de articulaciones y dolor de cabeza y me voy con el agente hacia el maletero. Y lo abro...

Y de repente la imagen no podía ser más dantesca. Un melenas resacoso abriendo el maletero del maligno-movil con dos guardias civiles a los lados buscando armas y drogas y aparece en el maletero dos pelucas de colores y un hacha de metro y algo.

Acto seguido, el guardia civil tira el palillo de la boca y se echa mano a la cartuchera, me mira sorprendido y me dice:

- "¿Y esto?"

Joder hermano, y ahora como se lo explico yo...

- "Esto.. bueno.. verá... es que soy ponente"

El guardia civil, extrañado por la palabra me respondió ipso-facto (para los de la LOGSE: al instante).

- "¿Ponente? ¿Ponente de qué?"

Vale, a explicarle la vida de uno:

- "No, mire usted, verá, es que damos charlas de informática y en algunas de ellas nos gusta hacer un poco el tonto y nos difrazamos de cosas, ya sabes, para que la gente se divierta y ...."

Bueno, el resto os lo podéis imaginar, tuve que dar mil explicaciones, me registraron el coche de arriba abajo y al final ... me perdonaron la multa por una cosilla que había por ahí.... En fin, para no olvidar esta historia.

Moraleja: Si te disfrazas de Gimly, no dejes el hacha en el maletero...

Saludos Malignos!

domingo, diciembre 30, 2007

Cagadas I

A lo largo de la estos años de cachondeos varios no sólo ha habido Momentus Ridiculous, también he tenido grandes metidas de pata. De esas de las que dices...si lo hago a drede no la cago tanto....Hoy, como habrá poca gente leyendo esto, que es el último domingo del año, pierdo el tiempo contándoos una de ellas..

Conociendo a la Jefa

Nuestro primer encuentro fue en un garaje. No, no penséis nada malo, fue hace tres o cuatro años. Era viernes y el abuelo me iba a acercar a mi coche porque yo tenía que ir a dar un curso de ….no recuerdo bien que… a una empresa que se llama SITEL.

Bajamos al garaje a coger el coche del abuelo y nos cruzamos con Luís Martín y una señora. Luís nos saludo:

- “¿A dónde vais vosotros dos juntos? ¿Qué tramáis? Me dais más miedo…"

Lo normal, vamos…, a lo que yo, sin reconocer a la mujer que acompañaba a Luís contesté:

- “Me voy a SITEL a currar”

De repente, la mujer risueña contestó:

- “Ah, pues hace muy buen tiempo ahora en Seatle, que acabo de llegar de allí”

Yo, pensé:

- “¿Quién es esta mujer que acompaña a Luís? ¿será su mujer?¿Familia? ¿compañera de trabajo?”

Y contesté, textualmente lo siguiente:

- “No, no. No a Seatle, a SITEL, una empresa que hay en la carretera de Barcelona, que estos cabrones de Microsoft me hacen currar los viernes por la tarde”

Ella se descojonó y Luís y el abuelo se echaron una mano a la cabeza cada uno mientras se mordían el labio inferior. Yo miré al abuelo y le dije:

- “¿Qué pasa feo?”

Se despidió de ambos y me dijo:

- “Tira anda. Calamidad. Tira, que no tienes ni puta idea de con quién hablabas, ¿verdad?”

La fiesta sorpresa

Después de eso, llegó la primera cena dónde la volví a cagar. En la cena no sabía que tenía que hablar, y no me preparé nada. Bueno, la verdad es que llevaban una semana diciéndome que Rosa había dicho que quería que hablara yo en la cena, pero no me lo creí. Pensé que era una coña de estos "amigos".

¿Por qué pensé que era coña?. Pues por tener a unos amigos cabrones que ya me la habían jugado antes. Ese mismo año, me pidieron que fuera a una cena en la que venía nosequién y querían que estuviera yo porque el tipo sabía de seguridad y no se que más. Así que me convencieron y fui y lo que tenía allí era una fiesta sorpresa. ¿Qué bien, no?. Pues sí, todo iba bien hasta que el camarero empezó a darme besitos, a despeinarme, acariciarme… y hasta se sentó en mis piernas a darme de comer… ¡me habían contratado un actor para joderme la cena! y vaya que si me la jodieron porque yo no me cosqué de nada hasta casi al final. Cabrones. Cuando ya empezó con los besitos ... la cosa se despendoló demasiado.


Mi "amigo" el camarero

El momento de la verdad

Con estos antecedentes, cuando me dijeron lo de hablar en la cena porque Rosa lo había dicho, pensé que era otra coña de estos para tenerme un día preparando una charla. Así que pasé de ellos y me partí de risa en su cara. Todo iba bien en la cena hasta que en un momento de su charla Rosa dijo delante de todo el mundo:

- “Y ahora Chema os dirá unas palabras…”

Glub (la cagué), me dan un microfono (la cagué), me aplauden (la cagué delante de 300 personas) y… ale, a salir del paso con esta cara de gilipollas que llevo puesta en la foto...

Con cara de gilipollas pensando que coño contar

¡Cagada!. Subí, dije cuatro tonterías y me baje. La gente me decía que no parecía ni yo, y los cabrones de mis amigos... se lo pasaron de puta madre a mi costa durante meses. ¡Josdeput!

Menos mal que ella no me lo tuvo en cuenta...

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Saludos Malignos!

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