viernes, diciembre 19, 2025

Inconvenientes e Incomodidades

A veces me toca levantarme temprano. Muy temprano. Quizá a las 5:00 A.M. para irme a tomar un avión a las 06:30 que me lleve a otro país. Otras veces me recoge un coche un domingo a las 22:00 horas porque voy a volar al otra lado del mundo de noche teniendo que hacer una parada en Doha. Esos días tengo sueño, y a lo mejor estoy muy cansado. Otros días tengo conflictos en el trabajo. Alguna divergencia de opiniones con los compañeros. O incluso algo que estaba haciendo en mi ordenador no ha salido bien. 

Figura 1: Inconvenientes e Incomodidades

Tal vez tenga que desplazarme en coche para ir de una reunión a otra con clientes y hay atasco. Y me quedo media hora parado en la carretera. O incluso me rozo el coche con un bordillo. Alguno me hace una mala jugada en la carretera. O me despisto y me paso la salida. O no hay sitio para aparcar el coche. y además estoy sin gasolina y en la lista de actividades tengo que meter una parada en la estación de servicio. Puede incluso que este agobiado porque tengo muchas cosas que hacer. Que no tenga el post listo y esté generándome inquietud porque no encuentro el tema o el tiempo para escribirlo. O que en el paseo de mi casa a la oficina me caiga una chupa de agua que me empapa. O se me hayan roto ese día las gafas de ver y tenga que comprar pegamento para arreglarlas. O peor, llevarlas a la óptica.

Otros días me cambian las reuniones de hora, o algún challenger quiere hacerme un lío en el trabajo y competir conmigo con una mala treta. O algún nobody23 habla en las redes de mí sin conocerme, o incluso con intereses pagados. Puede que incluso ese día se me haya pasado el horario de una reunión y llegue tarde a algo importante en el curro. A lo mejor me doy cuenta de que he planteado mal un proyecto, o que me va a tocar viajar mucho en el próximo mes por no haber dicho que no a algo. Otro días a mitad de camino tengo que regresar otra caminata a casa porque me dejé las gafas y sin ellas no veo. Y ahora hace frío. O se me ha caído el billete de 20 € que llevo para emergencias en la cartera y lo he perdido.

O se retrasa el avión y cuando llego no hay taxis. Se me acaba la batería de los cascos y me quedo sin música durante todo el viaje. Voy a pagar con la tarjeta una comida y me la bloquea el servicio antifraude del banco porque estoy en otro país. Y tengo que llamar por teléfono para desbloquearla. O cuando llevo el café alguien me golpea y me mancha la mano y la sudadera. Días en los que te topas con alguien que sabes que te critica a tus espaldas y le sonríes como si todo estuviera bien. Otro día en la ducha no quiere salir el agua caliente y tienes que ducharte en hielo. O te has quedado sin café y no puedes disfrutar de un buen desayuno. Y en el avión me quedo sin batería y sin música. Os se me acaba el libro. O peor, el pasajero de atrás haciendo caso omiso vapéa eso que huele a rayos saltándose las normas.

Todas esas cosas me han pasado recientemente. Pequeños inconvenientes de tu día a día que hace años que no permito que me cambien el ánimo y me drenen una pizca de energía. No me frustro. No me enfado. No me cabreo conmigo mismo. Mantengo a mi ego en una jaula para que no reaccione como si el universo le debiera algo. No me quejo de mi vida. Todos esos inconvenientes o incomodidades no son ni una pizca de un motivo para que esté triste, enfadado o llenando mi cuerpo de las toxinas que se generan con los sentimientos negativos de frustración, odio, rencor o rabia. Son pequeños inconvenientes. 

Me digo en ese momento: 

"Que sea eso lo peor que te pase en tu vida, Chema."

Y sonrío. Me pongo una canción bonita en Spotify para acordarme de cosas molonas. Llamo a mi familia. Hablo con mi mamá. Le mando un vídeo de perritos a mi hija. Paso por una tienda y le compro un imán a mi hijita. Y pienso.... "pues hoy me voy a desayunar una buena tostadota con aguacate, aceite y tomate. Como un campeón." O mejor,.... me premio con un cómic, un libro, o un juguete en eBay (no entréis en esa página del demonio que se os gasta el presupuesto)

En esos días en los que salen las cosas súper mal, me acuerdo de una entrevista que le hicieron al mágico Fernando Alonso tras perder el campeonato del mundo por 1 punto contra el Ferrari de Vettel. "¿Es el día más triste de tu carrera profesional?" Y él contestó que no, que es afortunado en su vida, y que días tristes tuvo cuando no sabía si tendría un coche para el año que viene, y que no sabía que iba a ser de su vida. Pero que ese día ya estaba pensando en la temporada siguiente, para volver a competir. Y yo, que estaba triste viendo esa carrera, me quedé impactado por al respuesta. 

Hoy en día, con la madurez de los años, pongo todo en perspectiva. He disfrutado y disfruto de una vida personal y profesional donde me han pasado muchas cosas, la gran mayoría buenas y divertidas. Muchas han pasado porque yo las he provocado. Otras simplemente pasan porque así es la vida. Y todo eso no son más que "inconvenientes" o "incomodidades". Los problemas gordos son otros. Son los que importan. Perder a seres queridos. Saber que no los volverás a ver nunca más. No poder cuidar de los tuyos. El dolor ajeno que soportas peor que el que soportas en ti. El tener que pelear todos los días para poder sobrevivir, que era algo que yo he vivido muchos años porque no sabía si al día siguiente tendría para pagar las facturas o comprar comida. O el no saber qué pinta va a tener tu vida ni la de los tuyos si quebraba tu pequeña empresa.

No quiero contaros los problemas que he tenido en mi vida años atrás, porque no va de eso este artículo, pero sí que la diferencia entre los inconvenientes e incomodidades y los problemas de verdad es importante. Confundir una discusión en el trabajo con un problema es un error. Iniciar una nueva andadura profesional, o cambiar de proyecto, tener una avería en el coche, o que llueva el día de tu cumpleaños, son cosas que por suerte hace tiempo que no meto en la categoría de problemas, porque sé que siempre acaban viniendo cosas malas con las que hay que lidiar y que sí que serán gordas.

Así que, trabajar mucho en algo que adoras, tener incomodidades e inconvenientes en tu día a día, no es algo que yo meta en la cesta de los problemas. Y tú no deberías hacerlo. Ya vendrán en el futuro las cosas chungas, así que no te los inventes antes de tiempo. Disfruta las cosas con las que tengas que lidiar. Ya sabes, las pistas verdes que no tienen ningún inconvenientes son las más aburridas, así que por una azulita, o alguna roja con zonas peligrosas, riesgos, caídas, golpes y revolcones van a hacerte disfrutar más la vida. A mi me gustan azules con rayas marrones.... ya sabéis.

Por eso, te deseo muchos inconvenientes e incomodidades para que te obliguen a valorar tu vida. Te deseo que mates el ego para no reaccionar negativamente para ti con las cosas que te pasen que no sean importantes. Que valores cada minuto que tienes en esta vida como una oportunidad para vivir algo divertido.

Un vino. Un paseo con tus perritos. Un beso. O dos. Un helado. Un libro. Un cómic. Un mensaje bonito que te llega o que envías. Un abrazo. Una caminata de la mano con tu hija. Una buena peli. Una tortilla de Betanzos de las ricas. Un viaje con amigos para discutir por quien friega los cacharros. Un paseo bajo la lluvia. O un chupito de buen ron al abrigo de una buena compañía. Hacer los deberes con un niño y que te cuente el día. Un concierto que no esperas. Una charla enriquecedora. El documental de The Beatles o la serie de la Fundación de Isaac Asimov. O mirar unos ojos sin decir nada solo porque que cuando no se dice nada se escuchan más cosas. Te puedo enumerar muchas cosas que valen la pena. Y tú. Tú vales la pena.

¡Saludos Malignos!

Autor: Chema Alonso (Contactar con Chema Alonso)  

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